El día de ayer estaba muy cansado, muchas actividades, y llegué a mi casa a eso de las 9:30, en la noche, revise un par de cosas en Internet y otros, y me acoste. No podía dormir tan facilmente, así que fui a ver mi calendario de pruebas, cual era el libro de "lectura complementaria", y me encontre con "El Tunel", de Ernesto Sabato, argentino nacido en 1911. Comence lentamente a comprender las primeras oraciones (porque el libro, en principio es bastante absorbente), y me vi envuelto en una discusión, en las primeras paginas, el protagonista (un tal Juan Pablo Castel) planteaba "subjetivamente" que nadie estaba desprovisto de la vanidad, este notable motor del Progreso Humano (textual), entre otras cosas.
Comencemos por lo practico; La vanidad es una forma de vanagloria. La vanagloria se basa en el orgullo.
¿Entonces?, la vanidad, por conclusión, es el orgullo por cosas vanas.
Cosa vana es todo aquello que se tiene por valioso pero que en realidad desvía de lo que en verdad vale. Es así como se dice que: Lo vano nos apega a una falsa imagen del hombre, medida por su fama, sus riquezas y poder mundano. O sea, lo vano carece de solidez en relación a los valores predeterminados como buenos en nuestra sociedad occidental.
¿Me creerán que este tema sale en la mismisima Biblia?, aquí va un versículo:
¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad! ¿Que saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? Eclesiastés 1, 2-3
Verán algo interesante que extraer, ¡Vanidad de vanidades, y todo es vanidad!. El hombre en efecto, es incapaz de cambiar nada en el orden del mundo; es impotente ante las injusticias que a diario se producen a su alrededor. No existe cosa alguna que no concluya en el juicio algún elemento fuera de nuestras manos, muchos lo llaman "Dios", otros "suerte", otros "madre naturaleza", e incluso he escuchado a algunos decir que todo pasa ante el "juicio del destino". Suerte que eso este en cada uno, y no en lo que pueda creer, saber o hacer la sociedad en la que estamos viviendo.
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1 comentarios:
¡Uf! Cuantos temas sobre la mesa. Para empezar, "El Tunel" de Sabato es un gran libro, quizas uno de mis favoritos... aunque recuerdo pocas cosas. Con el solo hecho de recordar que cuando lo lei me senti en los zapatos del protagonista, lo considero de los que mas me han gustado.
La vanidad... quizas mas que un motor de progreso, ha sido motivo de "evolucion". Muchas guerras han ocurrido por la "vanagloria" humana. El resultado es el mundo actual. La vanidad se remonta a tiempos ancestrales y nos recuerda el paradigma del ojo: no puede saber de si mismo si no es por el reflejo, reflejo que depende de lo externo (espejo, agua, etc). La vanidad esta implicita en nuestra condena: a medida que "evolucionamos", nuestros rostros se diferencian mas de el del simio original; ¿por que los animales se parecen tanto fisicamente y nosotros, los humanos, no? De ahi parte la vanidad: de la diferencia entre unos y otros, del "yo" mas hermoso que el "otro", del culto a la apariencia y al fisico. Recurro a una de mis frases cliche, que le copie a un profesor: "los griegos tienen la culpa". Su cultura, perdida en algun lapso de la historia, se retomo en el renacimiento y ha comandado las acciones hasta el dia de hoy: el culto a la imagen del ser humano (y no solo a la imagen, sino a todo su quehacer... pero eso es tema para otra discusion). ¿Que quiero decir con esto? Quiero decir que la vanidad es cultural, es algo fuertemente arraigado en los occidentales, descendientes de la cultura grecoromana; que no se debe confundir vanidad con capacidad de autovalorar la propia imagen, que la vanidad esta alla afuera y no dentro de nosotros mismos.
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