Conectando...Activando el equipo... Probando Afinidad

Las maquinas y nosotros funcionan diferentes pero iguales. Y no es que las maquinas no puedan hacer cosas que hacen los humanos, es que las personas tienen una dualidad. O funcionan como personas, ó como maquinas:

Una persona-persona funciona considerando que es un animal, que necesita placer a menudo, que sabe pensar e imagina, crea, pero cada cierto tiempo debe parar para descansar toda la energía que ocupamos.
Una persona-maquina funciona como tal. Fija un objetivo único o variado y no ve nada más que eso, no considera el circulo en el que esta envuelto, todo esta en pos que el objetivo sea cumplido, y el resto no importa. Y llega a casa, pero a seguir trabajando, porque las maquinas son para trabajar, y a veces puede cargarse en una superficie de recarga llamada cama, tal y como los celulares o aparatos a batería.

Y aquí está el tema. Que pasa cuando una persona como tal, necesita trabajar como maquina, y necesita trabajar como persona. Facil. Se vuelve un individualista. Porque a pesar que comparte con sus pares, conversa, crea, imagina y siente, muchas veces tiene que fijar su objetivo, cerrarse, ponerse a trabajar y seguir un rutina, y que ni se te ocurra aparecerte al lado a molestar, porque la respuesta no va a hacer un "me da lo mismo", aunque así sea. Tiene que cumplir. Ser exigido. Como cuando manejas, no puedes quitar la atención del objetivo, porque puede perderse, o perderte tú.

Pero para un adolecente, aquello es bastante particular. Pero a la vez, es común en un entorno exigente. La activación hormonal provoca muchos cambios, y generalmente la conducta cambia entre los 15-16 a los 18-19 años, al menos en los hombres. Y sucede que a pesar de "seudo-competir" con el del lado, puede que tus hormonas te digan lo contrario. Y el cambio es tan brusco que si lo ves, es tal y cual cambiaras de canal en la TV.

El XY comienza lentamente a buscar a su XX. Y va perfeccionando la forma de buscar, la forma de "crear" afinidad y los mecanismos pertinentes, como la seducción. Nunca todos al mismo tiempo, siempre hay adelantados, pero cuando ya se dan cuenta y les comienza a importar sus hormonas y como satisfacerlas, el resto no importa para nada. Y esa indiferencia se hace más latente aún cuando el entorno te exige cumplir como maquina.

Se comienza a buscar una afinidad "quimica" con otro-a, como cambiando cartas, tal cual testosteronas y feromonas. ¡Porque quieres que tu endorfina crezca en tu torrente sanguineo para sentir el elixir subiendo y bajando por tu cuerpo!, ¿no?.

Y todos comienzan inocentemente a acercarse. Sin decir nada a nadie. Creyendose más maduros, y algunos; más hombres. Comenzamos compartiendo cosas, y si pica lo que estamos pescando, jugamos las cartas. Pero el juego se pausa inmediatamente si no hay afinidad. Y buscan nuevo puerto. Se cae toda la serotonina.

A mi al menos me dio la impresión de una necesidad mutua, al menos cuando lo vi, si al final es el más puro instinto animal, escondido en la inocencia y las risas. Pero esta todo tan sistematizado, que ha todo le ponemos nombre y a veces es más agradable el silencio que tanta palabra. Al menos yo, voto por el lenguaje no verbal. Al final del camino siempre te encuentras con altos indices de dopamina, endorfina y aveces terminas con serotonina. Casi una droga por dentro.

0 comentarios: